Discriminar por edad te puede apartar del mejor talento.

En 1886, el farmacéutico John Pemberton empezó a comercializar un jarabe de su invención, ideado para combatir los problemas de digestión y que además aportase energía. Eran los inicios de la compañía Coca-Cola. Pemberton tenía 55 años. No es un caso aislado. Hay muchas multinacionales exitosas hoy en día que salieron de las mentes y esfuerzo de personas que, en el entorno laboral, podrían ser calificadas de “demasiado mayores”:

  • Harland David Sanders fundó Kentucky Fried Chicken a los 65 años.
  • Ried Hoffman, fundador de Linkedin, comenzó su proyecto cuando contaba 43 años.
  • Bernie Marcus fundó Home Depot con 50 años recién cumplidos.
  • Donald Fischer, de The Gap, con 44.
  • Tony Ryan, fundador de la aerolínea low cost Ryanair, tenía 48 años cuando la fundó.
  • Gary Burrell, de Garmin, 52 años.
  • Chaleo Yoovidhya, de Red Bull, 53 años.
  • Bob Parsons, de GoDaddy, 47.
  • Y muchos más ejemplos que no incluimos aquí.

Si estas personas acudiesen al mercado laboral español antes de fundar sus compañías, seguramente ni siquiera fuesen llamadas para una ser entrevistadas.

Es un ejemplo, de muchos, que deja claro que las personas tenemos mucho que aportar en todas las etapas de nuestra vida profesional, y que no existe un imaginario reloj que nos convierte en parte del mobiliario a partir de los 55 años.

La cruda realidad del “edadismo”

El 83% de los responsables de Recursos Humanos no contrató a ningún mayor de 55 años durante el año 2019, según una encuesta a 160 consultores de selección. El 40% de ellos admitió en la encuesta que la razón de no hacerlo es que la edad le genera dudas para la adaptación y el desempeño del puesto. (Quizás habría que pasarles la lista de emprendedores que encabeza este post…)

En España la población mayor de 45 años alcanzaba al final del 2019 la cifra de 22.580.014 habitantes, que suponen prácticamente la mitad de la población española, el 48,02 %, un porcentaje que aumenta progresivamente año tras año. El número de parados registrados mayores de 45 años a finales de 2019 era de 1.636.424 que suponen más de la mitad (51,73 %) del total del paro registrado del país. Un 62% de los desempleados mayores de 55 años es parado de larga duración (más de 365 días) y de ellos el 43% lleva más de 4 años en paro. El 58% cree que no volverá a trabajar nunca.

Es por tanto un problema social, por las consecuencias derivadas del paro en personas perfectamente habilitadas para ejercer su actividad profesional y un problema de “miopía” de los responsables de Recursos Humanos, que no ven el talento que una persona mayor de 45 años puede aportar a su organización.

¿Qué ventajas tiene contratar a una persona de más de 45 años?

Un mayor conocimiento tanto técnico como humano

Un profesional senior puede ser un elemento muy valioso en la estrategia de formación y desarrollo de la empresa. No sólo en la parte de los conocimientos técnicos derivados de su experiencia profesional sino también por toda una serie de valores y formas de trabajar de gran valor para los trabajadores más jóvenes.

Más contactos profesionales para la empresa

Es inevitable que una persona senior que lleva años en contacto con el mundo laboral no haya estado en contacto con gran número de personas relacionadas con su sector. Un profesional senior puede traer a su organización un número importante de contactos profesionales nuevos, que pueden generar alianzas de negocios importantes.

Mayor madurez para enfrentarse a cambios y situaciones adversas

La experiencia acumulada por un senior le permite enfrentarse mejor a los cambios y las complicaciones que pueden aparecer día a día en el mundo laboral.

Menos rotación

Los trabajadores senior valoran mucho más la estabilidad que los trabajadores más jóvenes, lo cual tiene una indudable influencia en la posibilidad de que sigan trabajando en la empresa durante mucho más tiempo.

 

Como veis, discriminar a un profesional en un proceso de captación de talento solo por su edad, puede hacer que os perdáis muchas ventajas que no pueden aportar profesionales más junior y además, quién sabe, podríais estar empleando al inventor de la próxima Coca-Cola.